El planeta de los simios V: La rebelión de los simios





Se estrenó en 1972, dirigida por J. Lee Thompson.

La historia se sitúa en 1991 y Armando (Ricardo Montalbán) explica que en 1983, 10 años después del final de Huida del planeta de los simios, una enfermedad mató a todos los gatos y perros del mundo, dejando a los humanos sin mascotas. Para reemplazarlos se empezó a usar simios como mascotas. Con el tiempo descubrieron la capacidad de chimpancés, orangutanes y gorilas para aprender y adaptarse, por los que los empezaron a entrenar para tareas domesticas, de modo que en la fecha en que se desarrolla el film la cultura estadounidense se basa en la mano de obra esclava simiesca.

Armando y César (Roddy McDowall), un joven chimpancé que anda sobre un caballo en el circo de Armando, reparten volantes por la ciudad anunciando su espectáculo circense. El humano advierte al chimpancé que tenga cuidado, que si se descubriera que es el hijo de Aurelio y Zira significaría su muerte.

Armando y César


Armando y César observan a los monos realizando tareas domesticas, sorprendiéndose con la severidad con que se castiga a los simios desobedientes. César ve golpear a un simio y grita “Humanos bastados”.Armando explica a los policías que fue él quien grito, no el chimpancé, aprovechando César la agitación para escapar. Poco más tarde se reencuentran y Armando dice que él ira a las autoridades para darle tiempo para que se esconda, camuflándose el chimpancé entre los suyos, en una jaula de orangutanes. 

Pronto César se encuentra siendo entrenado para ser un mono esclavo, siendo subastado y vendido al gobernador Breck (Don Murray), que le permite elegir nombre en un libro, señalando el chimpancé “César”, fingiendo que es una casualidad.

La subasta de César



El chimpancé es asignado a MacDonald (Hari Rhodes), ayudante de Breck y simpatizante de los simios, que se da cuenta, poco a poco, de quien es César.

Armando ha sido interrogado por el inspector Kolp (Severn Darden), que sospecha que su “mono de circo” es el hijo de los monos hablantes del futuro. Armando es sometido a una maquina que fuerza psicológicamente a ser sincero, pero el dueño del circo lucha con los guardias y se lanza por una ventana.

Al enterarse de la muerte de su padre adoptivo, único ser humano que se preocupó por él, Cesar pierde la fe en la bondad humana y comienza a planear una rebelión. Secretamente enseña a combatir a otros simios, a utilizar armas.

Breck adivina que Kolp le oculta información de César. César es capturado y torturado con electroshock para forzar que hable, tras lograrlo, el gobernador ordena su muerte inmediata. El chimpancé sobrevive porque Macdonald ha bajado la potencia de la maquina. Una vez solo, César mata a su torturador y escapa.

Así, empieza la revuelta liderada por César contra Ape Management. Los simios vencen y matan a la mayor parte de la policía antidisturbios. Llegan al puesto de mando de Breck y matan a la mayor parte del personal. 

Los antidisturbio sometidos por los monos

César saca a Breck y lo saca para ser ejecutado. MacDonald se salva y apela a la misericordia con su antiguo perseguidor, a lo que Cesar le contesta: “Donde hay fuego, hay humo. Y en ese humo, a partir de este día en adelante, mi gente se ocultará, conspirará y tramará un plan para el inevitable día de la caída del Hombre. El día en que finalmente aquel que el autodestructivo se vuelva sus armas contra su propia especie. ¡El día que se escribirá en el cielo que tus ciudades se enconaran enterradas bajo escombros radiactivos! ¡Cuando el mar sea un mar muerto y la tierra sea una tierra de la que voy a guiar a mi pueblo y sacarlo de su cautiverio! ¡Vamos a construir nuestras propias ciudades, en el que no habrá lugar para los seres humanos, excepto para servir a nuestros fines! ¡Y tendremos nuestro propio ejército, nuestra propia religión, nuestra propia dinastía! ¡Y ese día es a partir de AHORA!

MacDonal apelando a la misericordia de César para Breck

Cuando los monos levantan sus rifles apuntando a Breck, Lisa (Natalie Trundy), una simio que le gusta a César, dice con fuerza “¡NO! Es la primera simio que habla además de César, por lo que este lo reconsidera y ordena bajar las armas, diciendo “Pero ahora... vamos a guardar nuestro odio. Ahora vamos a deponer nuestras armas. Hemos pasado toda la noche de los fuegos y los que fueron nuestros maestros son ahora nuestros servidores. Y nosotros, que no somos humanos, podremos darnos el lujo de ser humanos. El destino es la voluntad de Dios y es el destino del Hombre el ser dominado, es la voluntad de Dios que ellos sean dominados con compasión y comprensión. Por lo tanto, expulsen su venganza. ¡Esta noche hemos visto el nacimiento del planeta de los simios!




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