Iconografía de San José como carpintero

De vez en cuando, cuando llega el mes de marzo, algún amigo de fuera de la Comunidad Valenciana me pregunta ¿Cuál es la relación entre San José y las fallas? La razón es que San José es el patrón de los carpinteros y que quienes ejercían este oficio en la ciudad de Valencia, hace más de 200 años, en la víspera de su patrón, reunían los restos de madera y otros materiales combustibles y los quemaban para que, al DIA siguiente, los talleres estuvieran perfectamente limpios.

Con el paso de los años, a alguien se le ocurrió que podrían hacer una estructura de madera con esos restos, vestirla con ropa i darle forma humana, naciendo así el primer “ninot” y las fallas. Poco a poco se le añadieron otros elementos, posteriormente se pasó al papel y aparecieron las fallas tal y como se conocen hoy en DIA.

Pero ¿de donde viene que San José sea el patrón de los carpinteros? Ese es el objetivo del presente artículos, asi como mostrar algunas muestras artísticas en las que San José aparece ejerciendo su oficio, ya que, normalmente, es mejor una imagen que cualquier escrito, por bien que este escrito.

Historias sobre san José trabajando de carpintero

No fue hasta 1497 que San José fue aclamado por el gremio de carpinteros. En 1605 el Consell de la ciudad obtuvo del Patriarca Juan de Ribera que el 19 de marzo fuera DIA de precepto (1)

Seguramente, la principal fuente en que se ha basado el cristianismo para convertir a San José en carpintero esté en los Evangelios apócrifos, puesto que los canónicos apenas dicen nada al respecto.

Una de las posibles fuentes es el Evangelio según Judas Iscariote, que corrió entre los gnósticos cainitas y que ha sido reconstruido por Henryk Panas (2) En esta reconstrucción se dice “el padre del gerente de una tienda recordaba muy bien a su marido, llamado José, hijo de Jacobo y que llevaba el apodo de Pantera. Este apodo le venia de la época de la guerra con los nabateanos y había servido en el ejercito como constructor de maquinas de sitio” (3). Aquí tenemos ya una alusión al oficio de San José como carpintero, haciendo maquinas de asedio. La historia se puede considerar corroborada por Celso en el 178, quien dice en uno de sus escritos “Miriam (la Virgen) fue repudiada por su esposo, carpintero de oficio, después de haberla este convencidote la infidelidad en el matrimonio” (4).

El Pseudo Mateo, otro evangelio apócrifo, dice de San José que, tras los esponsales con María “José se fue a la ciudad marítima de Cafarnaum, donde estuvo ocupado en su trabajo de carpintero, y donde permaneció nueve meses consecutivos” (5).

Algunas obras de arte en que aparece San José trabajando como carpintero o con las herramientas de este oficio

El punto anterior, completo, era para comprender el origen de muchas de las imágenes que hoy en DIA tenemos de San José, sea en pintura o escultura, algunas de las cuales describiré a continuación.

Antes de comenzar la descripción de las obras de arte, haremos una breve enumeración de los atributos por los que se puede reconocer a San José. Estos son:

Una tunica corta y ceñida, que es el traje sencillo de los artesanos de la Edad Media, o con tunica talar, siendo los colores amarillo y morado cosa reciente;

Capa y turbante, o sombrero de alas, en la escena de la huida a Egipto;

Un bastón curvado o con forma de muleta;

Una vara florida;

Una cesta o jaula con dos palomas, en la escena de la Purificación;

Un cirio encendido en la escena del Nacimiento.

Siempre aparece en las escenas de la infancia Jesús, con la mano en la mejilla, en actitud meditabunda, a veces con el Niño Jesús en sus brazos o de la mano, con el bastón florido, por influencia de los Apócrifos, y herramientas de carpintero (sierra, martillo…) para indicar de que profesión es patrón (6)

Una de las obras más interesantes es el Tríptico de Merode, obra de Robert Campin de Tournai, de entre 1420 y 1430, en el Museo Metropolitano de Nueva York, en la colección Cloister. En la tabla derecha del tríptico aparece un hombre atravesando una puerta, el donante de la obra, en la central aparece la Anunciación, repleta de elementos simbólicos. La que nos interesa es la tabla izquierda, donde aparece San José, padre legal de Jesús, con el vestido sencillo de los artesanos, ocupado, como carpintero, en hacer una ratonera, símbolo de aquella en la que se quiere atrapar al demonio a través de lo que pasa en la vecina tabla de la Anunciación. No aparece ni demasiado joven para que la gente sospeche que es el verdadero padre de Jesús, ni demasiado viejo para que el demonio se percate de la divinidad del hijo del carpintero, según San Agustín de Hipona: “El Demonio exultaba cuando Jesucristo murió, pero por la misma muerte del Cristo el Demonio quedó vencido, como si hubiera comido el cebo de una ratonera. Se regocijo de la muerte de Cristo como un esbirro de la muerte. Aquello en lo cual se regocijaba fue su perdición. La cruz del señor fue el cebo de la ratonera; el cebo por el cual quedó atrapado fue la muerte del Señor” También aparece una caja para cebos, con la misma simbología, siguiendo un texto de San Gregorio de Nisa: “la deidad estaba oculta tras el velo de nuestra naturaleza, y axial, como hace el pez glotón, el anzuelo de la Deidad podía ser ingerido juntamente con el cebo de la carne” (7). Como se puede ver, en este caso se le da un propósito concreto al hecho de que San José sea carpintero.

Triptico de Merode, Robert Campin de Tournai

Otra obra interesante, y por la que siento especial cariño, es la de San José y el Niño Jesús de José de Ribera, nacido en el mismo pueblo que yo, Xàtiva. Está en el Museo del Prado y dado de entorno al 1632, En ella, el santo, vestido como artesano, levanta la cabeza hacia el cielo, sosteniendo en su mano derecha la famosa vara florida, mientras el Niño Jesús, con mirada ingenua, mira a su padre sosteniendo un cesto lleno de herramientas de carpintero (8). El tratamiento sigue la tradición cravaggesca, pero con una factura pastosa y rica en luces. Las herramientas son tratadas perfectamente, con pinceladas cortas, paralelas y modeladoras. El santo aparece en éxtasis, mientras el Niño Jesús tiene un gesto de modestia y sumisión sorprendente.(9)

San Jose y el Niño Jesus, de Jose de Ribera


En la Sagrada Familia del Pajarito, de Murillo, de hacia el 1650, inspirado tambien en los apocrifos, se nos presenta una escena cotidiana: “San Jose con el niño Jesus, que muestra un pajarito al perrillo, mientras Maria, con una fruta en la mano, ha interrumpido su trabajo de hilado” (10). Destaca la representación de lo religioso “a traves de lo cotidiano, en donde no se vislumbra por parte alguna el elemento celestial y divino. En el gesto de levantar el pajarito, para atraer la atención del perro que se alza para atraparlo, es evidente la relación directa con la Madonna del fato de Federico Barocci, de la National Gallery de Londres. En esta Sagrada Familia, el pintor parece introducir un ligero cambio iconografico, ya que es evidente el deseo de resaltar la figura de San José, que se convierte en personaje principal de la escena, dejando a la Virgen, sentada en la penumbra, en segundo plano. Se trata de una de las composiciones más conocidas y populares de Murillo. Eta pintada todavía en un tono enteramente naturalista, con un sistema de iluminación que recuerda al tenebrismo de la generación anterior, lleno de ecos del intimismo zurbaranecsco y de cierta enérgica factura de los objetos inanimados, en las telas y en la cesta de labor al modo de Ribera (11). Detrás de San José se puede apreciar un banco de trabajo, una sierra y otras herramientas.

Sagrada Familia del pajarito, de Murillo



Notas

1-Gil Manuel Fermandez Martí & Vicente Borrego Pitarch. “La devoción josefina en Valencia”, en Historia de las fallas, Levante EMV, Valencia, 1992, pagina 35.

2-Diego Rubio Barrera, La otra historia de la Virgen Maria”, Barcelona, A.T.E, 1981, pagina 80

3-Ibidem 2

4-Ibidem 2

5-Ibidem 2

6-Juan Fernando Roig, Iconografia de los santos, Barcelona, Ediciones Omega S.A. Barcelona, 1950, paginas 152-153

7-Elsen, Los propositos del arte, pp 106-107

8-Jesus Hernandez Perera & Maria Jose Martinez, Ribera, Los genios de la pintura española, Sarpe, 1990, pagina 87

9-Perez Sanchez (et alii), Ribera, Catalogo de la exposición de 1992, Museo del Prado, 1992, pagina 240

10- Enrique Valdivieso & Maria Jose Martinez, Murillo, Los genios de la pintura española, Sarpe, 1990, pagina 85

11-ibidem 10



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