El planeta de los simios IX. El amanecer del planeta de los simios
Película estadounidense dirigida por Matt Reeves y
protagonizada por Andy Serkis, Jason Clarke, Gary Oldman, Keri Russell, Toby
Kebell y Kodi Smit-McPhee, secuela de El Origen del Planeta de los simios,
octava de la franquicia. Estrenada el 11 de julio de 2014
Lo que importa
Lo que importa
Nos encontramos ante la lucha del bien contra el mal, de la
razón contra la locura, de la tolerancia contra la intransigencia, de la
comprensión contra el desprecio. Que la historia va a ser violenta nos lo
muestra el primer plano, con el protagonista con la cara pintada como si
estuviera dispuesto para la guerra, pero es para una cacería, de la que alguien
sale marcado físicamente y que nos servirá para distinguirlo fácilmente de los
demás. Pronto vemos la sociedad creada por los simios inteligentes como
resultado de los ensayos de laboratorio para lograr una cura contra el alzhéimer
y que han servido para diezmar a la Humanidad. Es una sociedad organizada, en
la que el más inteligente, pero también el más fuerte, ha impartido la ley.
Todo marcha bien hasta que se produce un hecho fortuito: se
encuentran con un grupo de humanos, que son expulsados a su ciudad, San
Francisco, que vive sin electricidad y sin tecnología. El encuentro ha sido
fortuito, pero los humanos tenían una misión: localizar una presa que les
proporcione la necesaria energía.
Del encuentro fortuito surge una necesidad por parte de los
simios: exhibir su fuerza y plantear que cada cual debe respetar el territorio
ajeno, que no es necesario el enfrentamiento. Pero los humanos siguen teniendo la
necesidad energética, por lo que nos les queda más remedio que buscarla por las
buenas o por las malas.
El equivalente racional de los humanos es Malcolm, que se
presenta ante Cesar para exponerle lo que necesitan. Y el simio accede. Todo va
bien, se ayudan unos a otros, pero pronto surge la tensión a consecuencia de
las armas, aunque todo se calma cuando los humanos colaboran con los simios en
sanar a la esposa enferma del líder simio, aunque con la condición de que sea
excluido el que ha llevado armas a escondidas. Del grupo de Malcolm todos
empiezan a entender y admirar a los simios, salvo el expulsado.
Si hay personajes racionales y comprensivos, también los hay
intransigentes y belicosos. Por el lado simio esta Koba, un simio de
laboratorio que ha sufrido en sus carnes infinidad de experimentos científicos.
Por el otro esta Dreyfus, que prefiere tomar por la fuerza lo que necesita para
que la vida vuelva a ser la que era antes del virus que volvió inteligentes a
los simios y aniquiló a la mayor parte de la humanidad, aunque fueran los
humanos los que lo crearon.
La interacción entre las dos sociedades lleva por una parte
a la comprensión, pero por otra lleva a la guerra. La mayor parte de los
humanos sigue viendo a los simios como causantes de la caída de la humanidad y
como seres violentos, pese a que han vivido totalmente al margen de los humanos
durante 10 años. La mayor parte de los simios se limita a seguir al más fuerte,
en este caso Cesar, que lo ha logrado gracias a saberse ganar las alianzas
oportunas y el respeto, pero pronto se le presenta un rival que quiere ser el
jefe de la manada y aniquilar a todo ser humano por cuanto lo han hecho sufrir
a lo largo de su vida.
Tanto Koba como Dreyfus se valen de engaños para lograr sus propósitos.
El simio finge un atentado humano contra Cesar, cuando es él quien dispara el
arma. El humano finge que solo quiere electricidad para mejorar el nivel de
vida y volver a ser como eran antes de la epidemia, pero en realidad la quiere para
poder hablar por radio y lograr ayuda para enfrentarse a los simios que les
arrebataron la civilización.
El resultado del atentado de Koba sobre Cesar es la guerra,
el de los engaños de Dreyfus es la destrucción con tal de aniquilar a los
simios que los han invadido. Frente a ello, Malcolm y Cesar colaboran para
lograr que las cosas vuelvan a ser como antes, recuperando el poder en una épica
lucha entre los dos simios rivales, aunque después ya nada pueda ser igual, ya
que la guerra ya se ha iniciado y no hay vuelta atrás, pese a que haya sido
contra la voluntad de Cesar y Malcolm.
La historia
Han pasado 10 años desde la rebelión de los simios de San
Francisco y la epidemia del Alz113, que ha devastado la población humana. Una
cara de simio pintada, la de de Cesar (Andy Serkis), como para la guerra, en
medio del bosque, en realidad, una cacería de ciervos, a los que se tiende una
emboscada. Cuando están a punto de rematar a uno, aparece un oso, al que mata
Koba (Toby Kebbell) para salvar a Cesar, que se muestra agradecido. Ojos Azules, hijo del líder, queda con varias cicatrices infringidas por el oso.
De cacería |
Vuelven al poblado. Maurice (Karin Konoval), el orangután,
imparte clases a los pequeños. Cordelia (Judy Greer), la mujer de Cesar, ha estado
de parto y le muestra, orgullosa, a su nuevo hijo. Maurice lo felicita, Cesar
esta contento y se comunican por gestos.
Dos chimpancés jóvenes, Ojos azules (Nick Thurston), hijo de
Cesar, y Ash (Doc Shaw), hijo, de Rocket, mientras cazan y pescan, se topan con
un humano, Carver (Nick Acevedo), quien, presa del pánico, dispara a Ash, hiriéndolo.
El humano pide auxilio y acude un grupo armado dirigido por Malcolm (Jason
Clarke), así como toda la manada de Cesar, que se muestra precavido y
conciliador. Malcolm dice que no los quieren lastimar y Cesar grita que se
vayan, sorprendiendo a los humanos. Maurice encuentra una bandolera y Cesar
ordena a Koba que los siga.
largarooos |
Los humanos cruzan el Golden Gate y entran a lo que queda de
San Francisco, pasando por un check point de cuarentena, donde los recibe
Dreyfus (Gary Oldman) que les pregunta si han encontrado una presa. Malcolm
dice que esta casi intacta, que podría generar energía en una semana, aunque
hay un problema. Dreyfus entra en el todoterreno y Carver cuenta que le disparó a
un simio. Dreyfus pregunta si eran muchos. Malcol calcula unos 100. Carver dice
que hablan. Dreyfus pregunta por el virus y Ellie (Kari Russell) contesta que prácticamente
no hay. Carver insiste en que los dejaron ir para localizar donde viven y
asesinarlos a todos. Malcolm dice que el líder de los monos es impresionante. Dreyfus
ordena que no digan nada hasta saber que hacer, que no quiere crear pánico.
Llegan a la Torre. Alexander (Kodi Smith-McPhee), hijo de
Malcolm, le dice a su padre que ha perdido su mochila, con su libreta. Se
pierden entre la multitud y vemos a Koba y a dos simios más como observan
ocultos el edificio en que se aglomeran los humanos.
En el poblado simio observan la libreta de Alexander y se
ponen nerviosos. Cesar dice “Hogar, familia, futuro”, este ultimo dirigiéndose
a Koba, como pidiéndole que olvide lo pasado antes con los humanos. Se
dispersan.
Los simios, con pinturas de guerra, se presentan en la
ciudad mostrando su poder. Cesar, Koba y algunos más a caballo. Los humanos se
asustan. Abren las puertas y Malcolm se presenta ante los simios. Cesar se
acerca a él y grita que los simios no quieren una guerra y le devuelve la
bandolera a Malcolm. “Simios, hogar. Humanos, hogar. No volver” y se vuelven
para abandonar la ciudad. Koba se queda mirando a los humanos, agresivo.
Dreyfus habla a la multitud. Dice que él también esta
asustado como los demás, pero que tienen medios para recuperar la energía y
levantar y recuperar el mundo como era antes.
Malcolm, más tarde, a solas con Dreyfus, le dice que
necesitan la presa para tener energía. Dreyfus le dice que la necesitan para
conectar una emisora y saber si hay alguien más afuera, que la Torre la
fundaron ellos dos para volver a la vida anterior. Malcolm le pide tres días
para tratar con Cesar, que es más que un simio, mostrándole la bandolera
devuelta. Dreyfus le dice que, si no vuelve en tres días, subirán y mataran a
los simios.
Malcolm y Ellie hablan sobre el viaje. Él dice que teme que,
si no se hace, haya guerra. Ellie y Alexander le dicen que lo acompañan. Van también
Kemp (Enrique Murciano) y Carver.
Malcolm sale del todoterreno, donde deja a los demás, y se
dirige bajo la lluvia al poblado simio, temeroso, siendo detenido por un enorme
gorila que lanza la voz de alarma. Pronto se ve rodeado. Aparece Cesar y Koba
lo empuja. Malcolm dice que sabe que Cesar dijo que no debían ir, pero pide que
no lo mate y que lo oiga, que tiene que mostrarle algo. Koba dice que quiere
engañar a Cesar, pero este le pide al humano que se lo muestre.
Malcolm ante Cesar en el poblado simio |
Malcolm lo lleva a la presa, capaz de generar energía. Cesar
entiende que es para la iluminación. Malcolm dice que no es una amenaza y que
si lo es, que se deshagan de él. El humano se presenta ante el todoterreno en
que le esperan los demás y les dice que hay que dejar las armas, que la única
condición. Las armas son destruidas delante de todos. Koba pide explicaciones a
Cesar, que se alza imponiendo respeto. Koba pide perdón y se marcha.
Los humanos hablan sobre sus anfitriones. Carver dice que “lo
más atemorizante de ellos es que no necesitan combustible, luces, energia, nada. Eso los
hace más fuertes. Nos lo quitaron todo. Asesinaron a la mitad del planeta”.
Ellie le contesta que no fueron ellos, sino “un virus creado en un laboratorio
por científicos. Los simios que usaron no eran voluntarios”. Carver les
pregunta como murió la hija de Ellie o la mujer de Malcolm. Kemp le dice que o
se calla o lo hace callar. Carver se marcha.
Cornelia y el hijo de Cesar se encuentran débiles.
Maurice se presenta ante los humanos. El primero en verlo es
Alexander. Con Maurice van otros simios. Se dirigen a la presa. Maurice, Cesar
y otros van a caballo.
Cesar, sus hijos y Maurice camino de la presa |
Koba y algunos otros llegan a San Francisco y descubren que
los humanos están descargando un camión lleno de armas. Las prueban en un
pasillo. Los simios se deslizan por la estructura del techo sin ser vistos. Koba
se desliza hasta ellos y observa el arsenal hasta que lo descubren. Se hace el mono de circo para que se confíen.
Lo dejan marchar.
En la presa observan que hay mucho escombro que retirar, por
lo que ponen explosivos. Estos provocan un hundimiento que los deja atrapados.
Los simios los ayudan a salir. Malcolm le agradece a Cesar la ayuda y le pide más
tiempo para retirar los escombros. El hijo pequeño de Cesar se acerca Ellie y
Alexander. Juega con ellos y los demás hasta que se mete en una maleta de
Carver, que se precipita sobre este, asustado, provocando la alarma del hijo
mayor de Cesar y de este. Carver coge el fusil y amenaza a Ojos Azules. Cesar
lo desarma y amenaza matarlo a golpes. Malcolm intercede por él. Cesar se
tranquiliza y le dice “Dije no armas” y apunta sobre ellos para acabar lanzando
el arma a lo lejos, sobre el río. Malcolm le dice que no lo sabía. Cesar les
ordena que se vayan.
Ellie, Alexander y el hijo pequeño de Cesar. Un momento agradable antes de que estalle la tensión |
Llegan al poblado y Cesar se encuentra a Cornelia enferma.
Malcolm se presenta ante él para disculparse. Se enfada porque están en su
hogar. Ven a Cornelia enferma y se interesan por ella. Le ofrecen antibióticos.
Cesar, al principio desconfiado, les deja actuar y les da un día más. Carver es
expulsado.
Koba se presenta en la presa y golpea a Alexander, que es
protegido por Maurice. Koba llama a gritos a Cesar. “Humanos atacan tus hijos. Tú
dejas que se queden. Pones simios en riesgo. Cesar ama a humanos más que simios.
Más que tus hijos”. Cesar se enfurece y ataca a Koba, ante el estupor de simios
y humanos. Le aprieta el cuello hasta que se da cuenta de lo que esta haciendo
y se relaja diciendo “Simio no asesina a simio”. Koba se siente humillado, pero
se somete a Cesar.
Koba en la presa, reclamando la presencia de Cesar |
Koba habla con Ojos Azules. Maurice recibe un libro de
Alexander como regalo por defenderlo. Malcolm despierta a Ellie para que lo vea
En el arsenal, los humanos siguen probando las armas de
fuego. Beben whisky y se presenta Koba haciéndose el payaso. Le ofrece beber,
escupe la bebida sobre ellos y, en un descuido, les roba un arma y mata a
ambos.
Koba con un arma de fuego recien conseguida |
Malcolm hace funcionar por fin la presa y genera
electricidad, iluminando la instalación. Cesar le da la mano, felicitándolo.
La presa ya genera electricidad |
Koba sorprende a Carver en el todoterreno y lo mata a
golpes.
Cesar invita al grupo de Malcolm al poblado. Desde allí ven
San Francisco iluminado de nuevo. Cornelia ya esta curada. Koba se presenta
ante Cesar, que lo recibe con normalidad, pero el antiguo mono de laboratorio
saca un arma de fuego, dispara y el líder de los simios cae del árbol. El
poblado se incendia, provocado por los seguidores de Koba. Ojos Azules descubre
el arma que ha disparado a su padre. Maurice aconseja a Malcolm y su grupo que
corran. Koba salta gritando “Humanos asesinar Cesar, quemar simios hogar.
Simios deben pelear por Cesar”. Los simios se lanzan sobre la ciudad mientras allí
se celebra el regreso de la electricidad.
Dreyfus hace funcionar una tableta y ve fotos de su familia.
La Torre entera lo celebra. El operador pone en marcha su radio por primera vez
en mucho tiempo e intenta contactar con alguien del exterior. En ese momento se
presentan los simios, dirigidos por Koba, reclamando venganza por la muerte de
Cesar. Atacan la armería y empiezan a robar armas. Koba le entrega una a Ojos Azules
Los humanos se defienden a tiros. Dreyfus organiza la
defensa. Koba y los suyos representan montados a caballo y disparando. Cae Ojos
Azules de su caballo, pero sobrevive. Un gorila recoge simios heridos.
Carga de jinetes simios contra la Torre |
Dreyfus dispara a un depósito de combustible y provoca una
explosión, matando varios simios. Aparece de repente un todoterreno con una
ametralladora, causando más bajas simias. Koba toma el vehiculo y lo dirige a
la Torre.
La emisora recibe una transmisión exterior a la vez que los
simios sobrepasan la defensa y entran por fin en el edificio.
En el poblado simio, en llamas, Malcolm encuentra a Cesar
herido. Lo montan en el todoterreno y el chimpancé pregunta por su familia. Ellie
dice que no sabe nada.
Cesar sigue vivo |
Los simios invaden el ayuntamiento de la ciudad. Koba anima
a un joven a que mate un humano, pero este se niega y es tirado desde lo alto
por el nuevo líder, que grita “Cesar no esta. Simios seguir todos Koba ahora”.
Los simios han tomado San Francisco. Koba aparece sobre la bandera de los antiguos Estados Unidos.
|
El grupo de Cesar y los humanos llegan a la antigua casa de
Cesar. Ellie dice que hay que operarlo. Malcolm se ofrece a ir a la colonia por
el instrumental.
Koba grita “Humanos asesinos de simios, vivirán todos en
jaulas” y manda a encontrar a los que quedan libres. Ojos Azules ve a Maurice
encerrado en un furgón, con otros que no han querido seguir a Koba.
Los humanos, recluidos por los simios |
Malcolm llega a la Torre, coge lo necesario para la
intervención, pero ha de esquivar a los simios que se va encontrando. Hasta que
lo encuentra Ojos Azules, que le apunta con el arma, pero la baja al no ver un
enemigo en él. Le dice que su padre sigue vivo.
Ojos Azules y Malcolm llegan juntos ante Cesar. Ojos Azules
deja el arma. Cesar le pregunta por su madre y por su hermano. La respuesta lo
tranquiliza. El chico ve la herida de su padre y se revuelve contra los
humanos, pero Cesar le dice la verdad: que fue Koba. Ellie le dice a Cesar que
hay que operarlo ya.
Alexander realiza un dibujo de Cesar en la calle. Ellie sale
y le dice que Cesar es fuerte. Ojos Azules observa una grabación. Cesar se
despierta y le dice a su hijo que fue culpa suya, que Koba es un simio que se
cree mejor que los humanos y que entiende lo parecidos que son simios y
humanos. Le pregunta por donde esta Koba. Le dice que hay simios que no lo
siguen, llorando. Cesar le dice que esta débil y su hijo le pide que le deje
ayudarle.
Maurice ve dibujado el rosetón de la casa de Cesar y avisa
al resto de cautivos. Ven a Ojos Azules. Los seguidores de Koba siguen
enjaulando humanos. Los cautivos, algunos de ellos gorilas, hacen que se
tambalee el furgón-cárcel y que este caiga y aplaste a sus carceleros. Los
humanos se sorprenden y salen huyendo.
Cesar sube a la buhardilla y encuentra una cámara de video. Se
ve a él mismo, de pequeño, siendo educado por Will. Pronto se acaba la batería
y se entristece. Llega Malcolm. Han pasado dos días y Ojos Azules aún no ha
llegado. Ha visto algo de la grabación y pregunta quien era. “Un buen hombre. Igual
a ti”. Oyen ruido en la calle y ve llegar a su hijo, Maurice y el resto de
rebeldes. Malcolm dice que deben llegar a la Torre sin ser vistos, que los
llevara por el antiguo metro. Por las noticias que le traen, Cesar dice que
deben salir ya.
Malcolm los guía a pie, con una linterna, por el metro de
San Francisco. Oyen de repente voces de advertencia de un humano armado. Malcolm
grita que no disparen y dice a los simios que se dirijan a la escalera, que
lleva a la calle. Cesar le da las gracias. Salen justo a la entrada de la
Torre.
Las voces de advertencia eran de Dreyfus, que le cuenta a
Malcolm que han puesto explosivos para derribar la torre y matarlos a todos. Al
mismo tiempo hablan por radio, tratando de hacer contacto. Malcolm coge un arma
y dice que hay que dar una oportunidad a Cesar.
Cesar se presenta en lo alto de la Torre ante Koba y la
mayor parte de los simios. “Cesar ya no pertenece aquí. Simios venir con Koba”,
grita el nuevo líder de los simios. “Siguen Koba, guerra”, contesta Cesar. “Simios
ganan guerra. Simios unidos fuertes. Cesar débil”, replica Koba. “Koba más”,
termina Cesar. Koba mira su arma y al mismo tiempo que la tira se lanza contra
Cesar. Luchan por la estructura de la Torre aún en construcción, a golpes. Koba
acaba herido tras caer de una estructura.
lucha en las alturas de la Torre |
“Acaso te has vuelto loco”, pregunta Dreyfus. “He visto
cosas. Me he dado cuenta de cómo son. Quieren lo mismo que nosotros, sobrevivir.
No quieren guerra”, contesta Malcolm. “Son animales. Ellos nos atacaron”,
replica Dreyfus. “Porque creen que nosotros atacamos, porque creen que Cesar
esta muerto, pero no” replica Malcolm a la vez que ordena al operador de radio
que se siente tras verle un conato de hacer algo.
La lucha sigue arriba. Koba persigue a Cesar con una barra
de hierro y este se defiende con una plancha de metal a modo de escudo. “Confían
en Koba como hermano. Cesar hermano de humanos. Koba luchar por simios y
liberar simios”, grita Koba. “Koba no luchar por simios. Koba luchar por Koba”,
replica Cesar. “Koba pertenece a jaula”, termina y se enzarzan a golpes. Cesar
golpea en la herida de Koba en el lado izquierdo. Acaban luchando colgados de
cables, cual lianas.
“Ya se como debe sonar ¿No?”, dice Malcolm. “No creo que
tengas idea ¿Crees que detenerme importará? Ya vienen. Hicimos contacto con una
base militar en el norte y ya vienen en camino”, contesta Dreyfus, que en un
descuido coge el detonador y hace estallar las cargas gritando “Estoy salvando
la humanidad”.
La explosión provoca la caída de Cesar y Koba. La estructura
de la Torre comienza a ceder, muriendo simios por el camino. La agilidad de
Cesar le permite ponerse a salvo y busca a su hijo. Koba también se ha salvado.
Hace como que ayuda, pero abandona a los heridos. Solo busca a Cesar, que ha
encontrado a Ojos Azules y colaboran en liberar a simios atrapados. Koba ha
encontrado un arma y empieza a disparar hacia Cesar. Un grupo de simios empieza
a lanzar cosas contra Koba, que vuelve a disparar indiscriminadamente. Cesar se
lanza sobre él, que queda pendiente de una viga con una sola mano. Ve a Cesar y
le dice “Simio no asesina simio”. Cesar le tiende la mano, observa al resto de
simios y grita “Tu no ser simio” y lo deja caer al vacío entre gritos de rabia
y miedo. Los simios lo aclaman.
Ya en la planta baja, Cesar ve que un grupo ha capturado a
Malcolm y ordena que lo dejen. “No están a salvo aquí. Hicieron contacto.
Vienen otras personas. Soldados. Tienen que salir de aquí todos. Si no lo
hacen, habrá guerra”, advierte el humano. “¿Guerra?. Creo que empezar ya. Simios
iniciaron guerra y humanos jamás perdonar. Tu debes irte mucho antes de guerra
iniciar, lo siento, mi amigo”, le contesta el chimpancé. “Creí que lo lograríamos”,
dice Malcolm. “Yo igual creí” y se abrazan, frente con frente, en señal de
confianza y respeto.
Creí que lo lograriamos. Yo igual creí |
Malcolm ve a Cesar reunirse con su familia y recibir el
respeto de los demás simios. Cesar mira hacia atrás asegurándose de que esta a
salvo.
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