El Guernica según Santiago Sebastian I

A finales de 1980 la Universidad Literaria de Valencia planeo un homenaje a Picasso de cara el inminente centenario de su nacimiento, que se cumplía el 25 de octubre de 1981.  Se trataba de presentarlo sin demagogias, como un personaje histórico, artista genial, revolucionario estético y respetuoso del pasado y la tradición. Como promotor del homenaje y titular de la cátedra de Historia del Arte, pensó que una de las conferencias debía estar dedicada al Guernica, ante la perspectiva de que en ese centenario fuera recuperado por el patrimonio artístico español al que pertenece.



Para la conferencia sobre el lienzo recurrió al método de Erwin Panofsky: el análisis iconográfico-iconológico que ha permitido comprender obras renacentistas, medievales y barrocas. En las navidades de 1980, al plantearse la posibilidad de una lectura vio que la obra mostraba una trama, pero no veía la clave. Por casualidad tenia a mano un viejo libro sobre la Guerra y la Paz y hojeó las laminas. Luego, entre sueños, vio la relación entre el Guernica y una de las ilustraciones del libro que había hojeado: Los horrores de la guerra, de Rubens, en la Galería Pitti, Florencia. Había encontrado la clave de la obra de Picasso.



Según Santiago Sebastian, “el hecho de que en el Guernica se acumulen las imágenes contradictorias, como en los sueños, parece manifestar que Picasso concibió su obra bajo la influencia onírica; incluso, él tuvo conciencia de ello, y por lo tanto ordenó a Dora Maar que realizara una serie de fotografías para ver mejor como se materializaba “su sueño”.

El propio Sebastian reconoce que no fue el primero en ver la influencia de Rubens en esta obra de Picasso fue Otto Von Simson, “que señaló únicamente la dependencia de la mujer que levanta los brazos con respecto a la alegoría rubeniana de Europa. También la expusieron Agustín Cano y Serafín Moralejo. Así, varios investigadores sin relación entre sí llegan al mismo hecho desde el mismo espíritu científico y critico, libre de los prejuicios montados desde medio siglo atrás.

Con el método iconográfico-iconológico se consigue una visión de la obra de Picasso puramente artística, libre  de contaminación política. También muestra una nueva visión de la cultura del malagueño, quedando clara la importancia de la mitología como medio de expresión. 

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