El planeta de los simios IV: Huida del planeta de los simios





Se estreno en 1971, dirigida por Don Taylor y protagonizada por Roddy McDowall (Aurelio) y Kim Hunter (Zira) y es la tercera película de la saga.

Al final del anterior film, Taylor, antes de morir, hacia explotar la bomba atómica que aniquilaba toda la vida en la Tierra. Poco antes de que ello ocurriera, el chimpancé Milo (Sal Mineo) encuentra y repara la nave de Taylor junto con Aurelio y Zira, los científicos que ayudaron a Taylor, realizando un viaje hacia el pasado para llegar a los Estados Unidos de los 70.

Tras la sorpresa inicial de encontrarse con que tras el traje de astronauta hay tres chimpancés evolucionados, estos son llevados a un laboratorio donde los papeles de las anteriores películas se invierten: los humanos son los inteligentes y los simios, seres irracionales.

Sorpresa, dentro de los trajes de astronauta hay tres simios


Un gorila enjaulado mata a Milo y es entonces cuando Aurelio y Zira se manifiestan, en un juzgado, como lo que son: dos seres que saben hablar y razonar. A partir de entonces son tratados como huéspedes ilustres, viviendo una vida llena de lujos, comodidades y fama, hasta que Otto Hasslain (Eric Braeden), un científico desconfiado, empieza a sospechar que la pareja de simios podría implicar un futuro peligro para la especie humana.

Zira con otras damas

Aurelio como un humano más


Así, Hasslain emborracha a Zira y esta le cuenta la vida del futuro, donde los humanos son esclavizados y los simios controlan la Tierra. Tras saberse eso, las autoridades deciden evitar el nacimiento del hijo que Zira lleva en su vientre, pero huye junto con Aurelio y son acogidos en un circo, donde es protegido por Armando (Ricardo Montalban), el dueño del espectáculo, que asiste al nacimiento del hijo de Zira. Preocupados por el destino de la cría, deciden intercambiarlo con otro chimpancé del circo.

Armando con el pequeño Cesar y sus padres




Con la ayuda de otros dos científicos, la pareja se refugia en un barco abandonado, donde son localizados por Haisslan, que mata a sangre fría a los tres chimpancés.

En la escena final, vemos al pequeño chimpancé en una jaula del Circo diciendo “Mama”. Armando le pone el nombre de Cesar.












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