Los desposorios de los Arnolfini




Está atestiguado que esta obra estaba en España en el siglo XVI. Aún consta en un inventario de 1789 del Palacio Real de Madrid. Fue robada por un general de Napoleón y comprada en Bruselas, en 1815, por el inglés J. Hay, que la vendió en 1842 a la National Gallery de Londres por 730 libras.

Representa al mercader italiano Arnolfini, establecido en Brujas desde 1420, tomando la mano de Giovanna Cenami, su novia, en el momento en que, alzando la diestra, pronuncia solemnemente la promesa de matrimonio.

La escena se desarrolla en la intimidad de la alcoba, con una tenue luz que entra por la ventana abierta. Los zuecos de madera en el suelo y el perro a los pies de la pareja indican la tranquilidad hogareña. 

Sobre la pared del fondo, en latín y letras góticas, “yo estuve aquí”, la firma del autor, Jan Van Eyck, y la fecha, 1434. La inscripción no destaca que Van Eyck pintara el cuadro, sino que el pintor actúa como testigo de la boda, en lo que colabora el espejo del muro, que refleja a dos asistentes al enlace, uno de los cuales parece un pintor (el que está vestido de azul). En los adornos del espejo aparecen representadas diez escenas con la Pasión y muerte de Jesucristo.






El perrito es símbolo de la fidelidad conyugal, la lámpara con una sola vela encendida y la escultura de Santa Margarita en el pomo de la cama simbolizan el propio matrimonio. El manojo colgado de la cama representa la fertilidad, así como el que ambos aparezcan descalzos. Curiosamente, aparecen como elementos cotidianos, como si no tuvieran la mínima importancia.



lámpara con una sola vela encendida y escultura de Santa Margarita en el pomo de la cama, simbolos del matrimonio
Santa Margarita en el pomo de la cama, símbolo del matrimoni y el manojo, símbolo de la fertidad

El perro, símbolo de fidelidad matrimonial


La mujer luce la moda femenina de la época, la frente rapada y la cabeza adornada con una toca en forma de cuernos. El vestido provoca una deformación en la anatomía femenina que hizo pensar que la novia esta embarazada, lo cual se lograba mediante un corpiño muy ajustado que estrechaba el pecho de la mujer, elevándolo y creando un abombamiento en el vientre y las caderas.

Detalle del tocado de la cabeza



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