Homenaje a Roger Moore

Roger Moore como 007

Hoy, 23 de mayo, ha fallecido, victima de un cáncer, Roger Moore, el Santo televisivo, el tercer James Bond (Tras Sean Connery y George Lazenby) y uno de los 007 más longevos, ya que interpretó al personaje en siete ocasiones. Nació el 14 de octubre de 1927.

Nació en Storkwell, Londres, hijo de un policía y una ama de casa. Al principio quiso ser dibujante de historietas y tal fue su primer empleo. Posteriormente trabajo de modelo masculino y quiso ser actor. Su aspecto físico le abrió camino en el teatro y cine de entonces, haciendo de centurión romano en Cesar y Cleopatra (1945), tras lo cual tomo cursos de arte dramático en la Royal School de Londres.

En 1953 viajó a Estados Unidos, donde rodó junto a Jean Peters la película Manos Peligrosas. Alcanzó la fama en 1957 al volver a Inglaterra para interpretar Ivanhoe, serie de TV sobre el personaje de Walter Scott.

Roger Moore en Ivanhoe


Desde 1962 a 1969 trabajó en la serie El Santo, interpretando a Simón Templar, personaje de Leslie Charteris sobre un ladrón que roba a personajes de moral cuestionable y criminales.

Roger Moore en El Santo


En 1971 interpretó a Lord Brett Sinclair en la serie Los persuasores, junto a Tony Curtis, sobre dos millonarios que resolvían crímenes y ayudaban a bellas mujeres en problemas. Solo tuvo una temporada de 24 episodios.



En 1973 estrenó su primer 007 en Vive y deja morir. En realidad era el actor que Ian Fleming tenia previsto para su personaje, pero en su momento lo pillo enfrascado con El Santo. Su Bond es más bromista y socarrón que los anteriores, lo que lo ha hecho menos frío de lo que quizá debería ser el personaje. En Vive y deja morir su personaje se enfrenta a Mr.Big (Yaphet Kotto), capo de la droga de Harlem que pretende distribuir dos toneladas de heroína gratis para echar a sus rivales del negocio, y que también es el Dr. Kananga, dictador de la isla caribeña de San Monique, donde se cultiva el opio y se practica el vudú. La chica Bond es la entonces jovencísima Jane Seymour. La música de los títulos de crédito del inicio la puso Paul McCartney.



En 1974 su Bond se enfrentaba a El hombre de la pistola de oro, ni más ni menos que el gran Christopher Lee, que interpreta a Scaramanga, un asesino a sueldo. Buena parte de la acción se desarrollaba en Tailandia, Hong Kong y Macao, habiendo escenas de kung-fu y otras artes marciales asiáticas.



En 1977 estrenó La espía que me amó. En ella se enfrenta a Karl Stromberg (Curd Júrgens), que planea destruir el mundo y crear una nueva civilización bajo el mar, para lo que se alía con la agente rusa Ana Amasova (Barbara Bach). Fue rodada en Egipto e Italia, con escenas submarinas en las Bahamas. También fue la primera aparición de Tiburón (Richard Kiel). En ella aparece el famoso Lotus submarino. Fue el primer Bond que vi.



En 1976 estrenó Moonraker, donde 007, por influencia del enorme éxito de Star Wars, viaja al espacio en un transbordador espacial del estilo de los que entonces mandaba la NASA. El rival de Bond es Hugo Drax (Michael Lonsdale), que pretende aniquilar a la humanidad con el veneno de una planta brasileña y llevar a sus elegidos al espacio mientras el veneno hace su efecto y desaparece tras cumplir su misión.



En 1981 estreno Solo para sus ojos. Su Bond es más realista y abandona la ciencia-ficción de sus dos predecesoras, con una trama sobre la venganza y sus consecuencias. Se inspira en Vive y deja morir, Goldfinger y Al servicio secreto de su Majestad, con dos empresarios griegos enfrentados y una mujer que quiere vengar a sus padres. 007 visita la tumba de su mujer, Tracy. Destaca la escena final, con Bond y sus amigos griegos escalando el Monte Athos.



En 1983 estrena Octopussy, con generales soviéticos corruptos y príncipes afganos ambiciosos, con armamento nuclear y un circo de por medio. Cuenta con la aparición de Maud Adams, Louis Jourdan, Kabir Bedi (Sandocan), Steven Berkoff. Muy vistosa y buena película de aventuras.



En 1985 se despide de la saga con Panorama para matar, con el Silicon Valley de telón de fondo, con Christopher Walken de rival megalómano, Tanya Roberts de científica, Grace Jones y Dolph Lundgren de secuaces del megalómano asesino. La música la puso Duran Duran. Fue criticada por el desgaste de Roger Moore, que ya contaba 58 años.








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